sábado, 29 de noviembre de 2014

Bobby Fischer

Fischer, Robert (Bobby)

Campeón del mundo en 1972.

Venció a B. Spassky. Jamás jugó como campeón.

Perdió el título en 1975 por incomparecencia ante Anatoly Karpov.

Bobby Fischer fue un jugador formidable. Se dice que su potencia radicaba en su energía y ambición, precisión táctica, preparación teórica y una pétrea confianza en sí mismo. No son pocos matices, pero en el ajedrez de elite muchos jugadores comparten dichos valores. Sucede sin embargo que cada campeón es tan bueno como los anteriores pero suma algo más, algo nuevo.

Fischer no tuvo a su padre, basó su infancia en una hermana mayor. Se supone que nunca conoció mujer, no tuvo novias y, cuando se casó, lo hizo con el objeto de obtener una nacionalidad que le brindara asilo para huir de las leyes del país natal.

Fischer es el claro ejemplo del idiota inteligente, el genio que solo sirve para una cosa. Tuvo el coeficiente intelectual más alto pero su capacidad de relación social era nula. Si no era por el ajedrez, con nadie hablaba, a ningún evento acudía. Como suele suceder con quienes padecen la autoridad paterna (por acción u omisión) de adulto adhirió a una iglesia. Ajedrez y mística, solo abstracciones para él.

Su ascenso trajo a los yanquis una esperanza pues entonces se libraba la Guerra Fría, con todo el aparato de propaganda estadounidense a favor, nada costó al mundo “conocer” y “querer” a este niño idiota. Cada radio, cada diario te inundaba con las aventuras del flaco alto que batía a los “malditos” rusos. Como un falso Quijote, enfrentaba Fischer a cada uno de los campeones soviéticos, y los vencía, porque su genio y su voluntad, como arriba dije, fueron soberbios. Es sabido que cuando alguien le ofrecía tablas, Bobby sonreía meneando la cabeza, siquiera se molestaba en contestar. Dos famas le seguirán mientras haya memoria del juego sobre la Tierra. La primera fue el modo en que llegó a ser retador de Spassky, el entonces campeón del mundo: Fischer tuvo en eliminatorias que enfrentar a Taimanov. Mark era un portento ruso, un jugador solidísimo. Fischer le ganó 6 – 0. Taimanov jamás se repuso del apaleo. En segunda instancia tuvo que enfrentar a Bent Larsen, el campeón danés, una leyenda viva. Muy pocos podían jactarse de haber ganado una partida a Bent. Fischer le ganó 6 - 0. El pánico cundió por el ejido soviético. ¿Existía el respeto y la consideración? A partir de Fischer, no. En semifinales se enfrentó a Petrosian, nuestro conocido ex campeón. Jugaron en Argentina, porque Fischer amaba el bistec pampeano. La primera partida trajo cola: hubo un repentino corte de luz cuando se decía que Tigram llevaba ventaja ganadora. Todos se retiraron a esperar que retorne el fluido eléctrico; Fischer, no; siguió sentado pensando en la oscuridad. Cuando mucho después se hizo la luz, había ya encontrado el único camino hacia el empate. Se adujo que el corte fue sospechoso.
El match contra Spassky fue pactado a 24 juegos, en Islandia, lejana tierra dónde el día y la noche dura seis meses cada una. La cantidad de anécdotas que nacieron de este evento no las agota una biblia. Que Fischer llegara a Islandia fue una odisea. Con contrato firmado se negó a jugar hasta que un particular Inglés, harto de escuchar sus tonterías, le depositó a cuenta 1.000.000 USS extra.

En la 1° partida del match, Fischer se “colgó” un alfil: EEUU 0- Rusia 1.

A la 2° partida no se presentó por otro capricho relacionado con su supuesta religión:
EEUU 0-Rusia 2.

Pidió entonces jugar la 3° partida en una sala ajena a la principal. Spassky no estaba obligado a hacerlo pero creyó que el niño se derrumbaba y accedió. Fue el error más grave de su carrera. Fischer se impuso con holgura. Los EEUU habían derrotado por vez primera en algo importante a los Rusos. El mundo occidental conoció entonces el ajedrez. Este juego de intelectuales y comunistas pasó a ser admirado por todos, hasta en África se difundía, aunque allí no hubiera para comer. Fischer, Fischer, Fischer. En Argentina transmitieron el match por radio, narraban cada jugada una vez que esta llegaba por medio de la antigua teletipo.

Esta nota debe terminar. En los diarios todo está reglado. Falta mucho por decir. Fischer cambió el ajedrez. En el futuro tal vez abunde sobre la leyenda americana pero ahora los dejo, voy leer otra vez Mis Mejores 60 Partidas, un libro magnífico escrito por el mismo genio.


Hasta el año que viene.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Boris Spassky

Spassky Boris
Leningrado 30 01 1937-
Campeón Mundial en 1966, Venció a T. Petrosian.

Estas notas de ajedrez, que recuerdan a los campeones mundiales, se complican. Vimos a luchadores portentosos como Alekine, Tal y el ya lejano Steinitz. Hombres que peleaban hasta el final, con garra sin par. Pero los tiempos pasados nunca han sido los mejores. A medida que los siglos desparraman su arena, los hombres y mujeres obtienen más conocimiento, más herramientas para expresarse.
Boris Spassky fue, otra vez, el mayor campeón jamás conocido.
Niño prodigio, candidato a maestro a los 12 años, maestro a los 16, campeón de URSS a los 19, y esto sin descuidar muchos otros placeres: natación, tenis, música, literatura: Spassky -como Tal, Smislov, Petrosian- forjó una cultura superior para sí, algo que, en occidente, es imaginario.
Pasó hambre y frío en la infancia debido a la segunda guerra pero su estado lo educó de modo que pudo formarse bajo el ala de los mejores entrenadores. Con Zak fue ultrasólido y si bien no perdía nunca, tampoco ganaba. Con Tolush se volvió un león, sacrificaba piezas y sus partidas entusiasmaron al vasto y exigente pueblo. El gambito de rey, apertura arriesgada que supone la entrega de uno, dos o más peones y pieza, fue una de sus armas colosales. Por último, con Bondaresky llegó al título máximo, gracias a un estilo completo, después de un intento fallido, contra el gigante armenio.
Pero decir que venció a Petrosian es decir muy poco si olvidamos el camino que debió recorrer en los dos clasificatorios previos al desafío final: Keres, Tal, Larsen, Korchnoy, Geller, todos vencidos por Spassky, los mejores, los top ten del ajedrez de esa época. Pocas veces… solo ahora hay tantos y tan buenos jugadores a la caza de un título.
Por supuesto, solo supimos de este raro genio cuando un botarate llegó de los Estados Unidos a golpear las puertas del dominio ruso. En aquellos días, los yankis luchaban contra los rusos en la mal llamada Guerra fría: los gobiernos latinos derrumbados por la CIA; la carrera del espacio y el hombre en la Luna; el ajedrez no quedó fuera de tal batalla. Fue entonces cuando las radios argentinas transmitieron por vez primera una partida de ajedrez en tiempo real. Un conocido periodista, caro a los autoritarismos, transmitía jugada a jugada. Eran los tiempos del telex, un engendro que lo jóvenes desconocen. Las jugadas, realizadas en la otra punta del globo, llegaban a nosotros en una especie de telégrafo sin hilos, el señor Carrizo las echaba al eter para regocijo de los fans ajedrecísticos argentinos. Hablo del match Spassky Fischer, el llamado match del Siglo, lo veremos en la última nota del año.
Cuando Boris Spassky cayó frente al genio idiota de Bobby Fischer, el peso de la máquina estatal se volvió implacable y cruel, haciéndole la vida cada vez más difícil. Los palmarés de nada valen cuando la estrella ha eclipsado su luz y “si quisiste con ternura y el amor te devoró de atrás hasta el riñón, se rieron de tu abrazo y ahí nomás, te hundieron con rencor todo el arpón”.


Garry

jueves, 31 de julio de 2014

Ajedrez Casero´s

Ajedrez Casero´s
Ayer, miércoles 30 de julio, alumnos de dos escuelas del departamento Caseros participaron en un afectuoso torneo organizado por la Escuela Nro 158 Jacinto Fernandez. El mismo festejó el aniversario del establecimiento y otorgó plaza al torneo Nacional de Ajedrez de Escuelas Primarias, a realizarse muy pronto en Mendoza.
El edificio de la escuela es hermoso, creo que al estilo de los creados o modificados por el Perón espoleado por Evita: Una cuadra de patio enmarca al edificio, los salones grandes, las paredes gruesas, las ventanas orientadas al este y al norte, por supuesto, para aprovechar el Sol en plenitud.
La amabilidad de los anfitriones ha creado ya mito: comimos mucho y muy rico, tomamos mate, café, y jugamos todo el día junto a los niños y niñas que competían.
Participaron escuelas de Venado Tuerto, Teodelina, Firmat, Chabás y Casilda.
En lo personal, fui invitado  por el coordinador del plan de Ajedrez escolar santafecino, Juan Jaureguiberri.

El Plan de Ajedrez Escolar Santafecino existe desde el año 90, sobrevivió a los años miserables acurrucado en unas pocas escuelas, e intenta ahora resurgir en la administración de los dos últimos periodos gubernativos.
En este punto, disiento con la opinión del actual coordinador, acerca de que fue el ajedrez municipal rosarino el que levantó al plan provincial de no sé qué inacción; por mi parte (y como yo muchos fuera de Rosario), hace 30 que años estoy educando en 4 localidades del sur, nunca abandoné la enseñanza, nunca dejé de ir a la escuela, aún cuando mis capacidades en otras áreas me garantizan ingresos mayores. Jamás dejé de luchar por un ajedrez comprometido con la persona, con la sociedad y con la formación del niño como actor social; a mí, jamás me verán luchar por un niño jugador de competición exigida. Antes al contrario, muchos niños y niñas tan solo exigiéndose por una formación completa y compartida. De hecho, mi blog se llama elescaquegris: ¿cuántos jugadores que sólo juegan bien saben lo que es un escaque?

El niño -en mi opinión- debe competir porque la competencia exige y gesta la voluntad y el carácter, la competencia sana eleva el alma. Pero nunca estaré de acuerdo en inclinar al niño o niña hacia niveles de alta competencia, pues estas lides crean élites y ninguna sociedad es justa cuando las tiene. Un curso alberga 30 niños, preparar a uno de forma superior implica abandonar al resto.

En este torneo, el torneo escolar de la escuela Jacinto Fernández, tuvo participación ejemplar de todos los alumnos. Ninguna discusión, todo amabilidad y sonrisas, de ganadores y no, de padres y docentes.

Les dejo las imágenes y la certeza de que fuimos felices, de que nuestros alumnos aprovecharon el día.





























domingo, 6 de julio de 2014

Mi cabeza está llena de sol...

"Mi Cabeza está llena de Sol..."

Misha Talh, a los 23 años, al ganar el candidatos 1959.


Misha quiere decir Miguelín o Miguelito, es forma cariñosa del habla rusa para dirigirse a quien se llame Miguel. Para los progres de más de cuarenta años, Miguelito remite al personaje de Quino, compañero de Mafalda, siempre preocupado por la futura adultez. Nuestro Misha nunca demostró tales preocupaciones; en cambio mostró despreocupaciones Talhes, las cuales le hicieron único.
Afable, conversador, alegre, querido como pocos, Misha no supo conducir -nunca tuvo coche, ni reloj- y jamás aprendió a manejar el dinero.
¿Cómo imaginar a un hombre en la cima del mundo que reniega de los símbolos máximos del sistema: los carros y el dinero? ¿Cómo imaginar a un campeón mundial ganando millones de pesos para dejarlos olvidados en un saco, en un hotel, en un autobús?
Por cierto, Misha tenía un ojo desviado…

Si Mijail Botwinik (a quien nadie sintió necesidad de llamar Misha) fue símbolo del poder de voluntad, del antecedente escrito y del sistema dominante; Misha fue símbolo de libertad absoluta, de improvisación incisiva y de díscola aventura. Mientras Miguel Botwinik era campeón, comía frugal, hacía deportes y estudiaba con tesón; Misha era un don nadie, fumaba y bebía, y jugaba blitz en bares de mala muerte hasta el amanecer (el Blitz es ajedrez relámpago, Talh jugaba con un minuto para su partida contra cinco minutos para los rivales, quienes caían barridos del tablero. Cuando dos maestros juegan blitz, no ves siquiera las manos, que mueven como rayos a las piezas). Mientras Miguel Botwinik vivía su sueño de campeón en lo alto de la montaña, en lo profundo de una ermita, amargado y solo como un dios a quién pocos veneran; en el valle, junto a los hilos cristalinos, rodeado de doncellas y de ninfas, saltando y cantando como un fauno, nuestro Misha derrotaba rival tras rival, acompañado por centenas de aficionados.
Tal torneo… Misha campeón; tal rival encumbrado, doctor o concertista … Misha campeón. Todos hablaban ya de un fenómeno. El Viejo-avaro-en-lo-alto le odió incluso antes de conocerle pues lo que este pibe puso en duda fue la estructura misma de su ser y no solo la corona, la cual hurtó sin respeto ni apuro, con sus consabidas jubadas “malas”.
El neófito dirá: con jugadas malas nadie puede ganar.
La cuestión es: las jugadas de Misha solo eran malas después de horas de análisis, horas que nadie podía invertir sobre la partida viva. De modo que sus sacrificios (entregas de pieza sin objeto aparente o real) consternaban a los maestros, los sumían en el desamparo y el temor de ser uno más en la lista de los derrotados mediante un blef o un error.
Este muchacho es un Ganster del tablero, dijo Vasily Smislov después de una derrota. El Genio estaba en lo alto y no quedó durante su reinado sino entregarse y verlo reír dentro de sus volutas de cigarro; reír con la voz cascada por el alcohol; reír entre los reyes muertos hasta que la parca nos lo llevara a los 56 años de edad.
Querido Misha, nunca nos agotan tus partidas, siempre reímos con ellas y cuando jugamos soñamos con imitarte.
Misha, gracias por haber vivido.

Garry

miércoles, 18 de junio de 2014

Mijail Botwinik, una vida de blancas y negras suertes

Mijail Botwinik, 
una vida de blancas y negras suertes.

Max Euwe derrotó a Alekine, pero este había asegurado revancha en contrato previo. Era una época en que el título de campeón era propiedad privada. El mismo Capa, antes de enfrentar a Alekine, había guardado esa carta, pero éste jamás accedió a concederla. Euwe era un caballero y jamás se rebajaría a negarla. Alekine recuperó su corona y con ella murió, según vimos. Por entonces Rusia se volvía bolchevique. En todo el orbe se instauraban regímenes de terror en los cuales los opositores eran deportados o aislados y boicoteados.

En esos opacos días destelló Mijail Botwinik, joven genio que, a los dos años de haber aprendido las reglas de juego, derrotó al campeón del mundo en una simultánea. Mijail era de origen acomodado, estudió electrotécnica y el ajedrez fue una obsesión. Ascendió tan rápido que, cuando su estado le dejó salir al mundo, pudo vencer a los mejores. Flohr, Lilhiental, Capablanca, pronto debieron tratarlo como igual, cuando no desde atrás en la tabla de posiciones de cada torneo.

Botwinik nos enseñó el poder de la voluntad. Se planteó ser el mejor. Nada lo detuvo. La segunda guerra favoreció sus planes. No fue trasladado al frente; el futuro campeón trabajaba de día y estudiaba de noche, mientras el resto de maestros padecía, alejados de los trebejos. Cuando llegó la paz y con ella los torneos, Botwinik estaba preparado. Arrasó con sus rivales. No sin dejar de boicotear a los más peligrosos, tal su veto a nuestro Miguel Najdorf, prodigio polaco que luego vivió y murió en Buenos Aires.

Con Botwinik campeón se instaura el rigor lógico, nada debe quedar librado al azar, todo es preconcebido y analizado hasta el hartazgo, el ajedrez debe ser un planteo racional, cuyos caminos serán señalados por preceptos fríos y pesados como témpanos. El nuevo campeón odia los finales artísticos, niega las partidas rápidas, aborrece de todo lo que no sea una partida de más de 20 jugadas, 4 horas de reflexión mediante.

Botwinik manda, quien se opone a su voluntad es censurado, no participará de los clasificatorios, no viajará al exterior; el poder lo alza como bandera, y eso es todo. Me recuerda a ese papanatas que en los 80 dijo, ¡la historia ha muerto! Fukuyama morirá enterrado por ella, como todos.

Muy pronto tuvo Botwinik avisos del devenir, llamados de realidad fuera de su burbuja lógica. Bronstein, Talh, Smislov, le vencieron con holgura alguna vez; más el patriarca volvía de esas pequeñas muertes cada vez más vengativo: Bronstein, censurado; Talh, defenestrado porque amaba beber, fumar y jugar partidas rápidas hasta el amanecer. ¿Esos fueron pecados? ¿O acaso el haber vencido a la gran estrella soviética?

Nadie crea que esto solo ocurrió en Rusia, los EEUU obligaron a Lombardy a ceder su título al botarate Fisher, en el torneo llevaría ante Spasky. Mas no nos apresuremos y cerremos la nota.

Botwinik superó ampliamente a sus rivales sobre el tablero. Sus convicciones fueron las del hielo, dije, y por ello cayó cada vez que un fogoso lo acuciara. Cuando se retiró se dedicó a la enseñanza y la generación de programas ajedrecísticos; educó a tres campeones: Karpov, Kasparov, Kramnik. Fue autodidacta, monolítico y muy, muy grande. También gozó de los favores del poder. Pero es que toda partida se desarrolla sobre un ajedrezado de blancas y negras suertes. 

lunes, 16 de junio de 2014

Juegos deportivos santafecinos 2014

Juegos deportivos santafecinos, 2014, Departamental Caseros.

Con la participación de cuatro colegios se jugó hoy la instancia departamental de los juegos santafecinos 2014 en el deporte ajedrez.
El nivel de los chicos y chicas fue parejo, no destacó nadie por sobre el resto aunque tuvimos por supuesto nuestros merecidos campeones y campeonas.
Se constituyeron dos equipos, uno escolar y uno comunitario. 
Casilda primó en la participación, sin duda por falta de tesón de las localidades alejadas, porque si algo sé es que todos disfrutan y se entusiasman ante la posibilidad de jugar ajedrez. 
Nunca, en 30 años de docencia, en hallado niños que no se apasionen por esta materia, así como por la astronomía. De hecho, ambas se parecen mucho: un universo de variables, unas leyes ocultas, el placer de conocer el orden tras el aparente caos. 
En contraposición, muchas veces los adultos no promueven esta ciencia, que es un deporte, que es un arte.

Como resumen: una mañana preciosa, soleada, agradable aunque fría, en compañía  de 34 participantes que lucharon sin denuedo por la plaza que los dejará en Rosario, el próximo Agosto.

Siguen las fotos y, de algunas anécdotas jugosas, las próximas notas.











Felicitaciones a Lucas Allois, Martín Vivas, Lucas Caramazana, Bárbara Castelli, Yael Britos y Joaquín Orozco, merecidos campeones.

sábado, 7 de junio de 2014

Ajedrez y Geometría

Ajedrez y Geometría
El espacio en el tablero

El ajedréz figura en la docencia oficial santafecina desde hace unos 18 años, aunque algunos colegios contaron con la materia mediante talleres a contra turno. Sobre su importancia, basta para mí decir que el primer docente en recomendar su aplicación a la escuela fue Simón Rodríguez, quien forjara al prócer más capaz de América, el genial Bolívar.

En lo que sigue se plantea un modo de vincular la Geometría y las nociones sobre el espacio con el Ajedréz. Espero sirva y divierta a docentes y alumnos por igual, tanto como a mí me divirtió desarrollar la clase.

Introducción: El Ajedrez
El ajedrez es un juego singular; originado milenios atrás aún seduce a niños, adolescentes y adultos. Es rico y versátil y se aplica para fijar contenidos, métodos de razonamiento y cuestión, incluso como catalizador de conflictos y tratamiento ante relaciones violentas.
Precisamente, el ajedrez es uno de los juegos más violentos que conozco, ya que, por basar su razón en ataques a los reyes, es una batalla virtual. Mas, en ninguna lucha se vence sin invertir energía y agresividad. Por esto nuestro juego sirve como herramienta mediante la cual el jugador canaliza impulsos violentos.

El ajedrez puede ser practicado sin piezas ni tablero entre personas de experiencia. Los alumnos noveles juegan con un tablero y dos conjuntos de piezas.

El Tablero:
El tablero suele ser un cartón, lienzo o placa, cuadrada, dividida en 64 cuadros iguales, pintados de alterno color. Estos cuadros o casillas están ordenados, de allí que formen columnas, líneas y diagonales.


Las columnas son las casillas ordenadas en vertical; se entiende por vertical a la fila de casillas o cuadros desde un campo al contrario.


Las líneas son las filas de casillas ordenadas en horizontal y corren de un flanco al otro.

 Nota: en ajedrez, no corresponde utilizar la palabra fila, una fila no está definida en su posición espacial sobre el plano, la palabra línea en la literatura ajedrecista sí está definida, es la horizontal.


Las diagonales son las filas de casillas ordenadas en forma oblicua. Son filas de casillas unidas por un vértice. Son las filas compuestas por casillas de un mismo color. Así, es común decir: diagonal blanca (casillas claras) o diagonal negra (casillas oscuras).

El tablero de ajedrez, compuesto por 64 casillas (8 de lado), es entonces una metáfora del plano geométrico euclidiano, delimitado por cuatro lados o rectas.

Nota: la geometría plana, además de ser la más difundida, la muy famosa geometría euclidiana, es solo una entre muchas geometrías posibles.

Dentro del plano-tablero, la casilla es metáfora de punto y las filas llamadas línea, columna o diagonal, metáfora de la recta (todas ellas formadas por puntos-casillas).

Enseñar el movimiento de las piezas sobre el tablero será, así, solo un ejercicio geométrico; el alumno debe haber leído las definiciones de los elementos básicos de la geometría, el punto, la recta y el plano, y luego aplicar estas ideas al movimiento de las piezas*.
Por supuesto, es mucho más fácil que el alumno aprenda primero ajedrez, sin dichos conceptos, y que luego, para enseñar aquellos, se haga uso del juego para su ejemplificación.

Las piezas del juego de ajedrez:
Las piezas representan a los soldados, así como los carros y adláteres de diversa laya.

Nota: Salvo el caballo, las piezas del ajedrez y sus funciones mutaron su función, aspecto y nombre, conforme evolucionaba la sociedad.

Cada pieza representa un momento histórico y su movimiento o función ataque-defensa sobre el tablero es diversa y propia, distinta de las demás.

Para explicar la geometría del espacio con la ayuda del ajedrez basta con conocer el movimiento de una Torre, un Alfil y un Caballo**.

La Torre:
Representa a los carros de ataque de la edad media. Se desplazan por el tablero en forma vertical y horizontal. Pueden moverse a cualquier casilla sita sobre las líneas y columnas que ocupan.

El Alfil: según el país, representa al oficial de rango o al eclesiástico aliado a los reyes. Se desplazan por el tablero por las diagonales. Pueden moverse a cualquier casilla sita sobre la/las diagonal/es en que se encuentra.


El Caballo: es la única pieza que no ha mutado su función y movimiento, representa a los antiguos mensajeros mediante los cuales se notificaban, mandos y ejércitos, las acciones y suertes de la batalla. 
El caballo salta por el tablero. Su salto siempre alcanza la casilla más próxima, NO ubicada sobre las rectas en que se encuentre. 
En algunos libros se representa su movimiento como un paso en vertical u horizontal + un paso diagonal (alejado del origen); en otros, se explica con el silabeo de la palabra caballo + la letra L, de modo tal que, al partir de una casilla cualquiera, mueve dos pasos por la vertical/horizontal y un paso perpendicular a las anteriores. 
Estos últimos ejemplos son más sencillos que el primero pero, por lo mismo, falsos, ya que el caballo salta, no se desplaza. 
En mi experiencia, los niños lo aprenden muy rápido con el silabeo. A alumnos mayores puede explicarse su verdadera naturaleza, mediante ella se ejemplifica el espacio de tres dimensiones***.

Desarrollo del tema ante la clase:
Se explican los conceptos euclídeos sobre el pizarrón, se los deja claros, visibles, denominados. Se presenta el punto, la recta, el plano como delimitado por 4 rectas tal como figura en textos.

Nota: euclídeo significa relativo a Euclides, geómetra, astrónomo, filósofo griego que vivió en Alejandría sobre el 300 AC. Escribió un libro que se hizo famoso, Los Elementos. En él apuntó el saber geométrico anterior y propio, y hoy le atribuimos por entero sus contenidos aunque se basó en libros de otros genios - Eudoxo y otros. La geometría euclídea es total abstracta, hija de las primeras interpretaciones astronómicas. El desarrollo conceptual que propone es muy pobre, porque sus elementos no existen en el mundo real. Sin embargo, hubo que esperar hasta el siglo XIX para que la ciencia pudiera desprenderse de ella, cuando Gauss y otros desarrollaron la geometría hiperbólica, afín al mundo de los sentidos, la que posibilitó la comprensión cabal del espacio astronómico –teoría de la relatividad- y el espacio sub atómico –teoría cuántica-, pilares de la física actual.

Se muestra el tablero de ajedrez, su relación o componentes ficticios basados en dicha geometría.
Explicados los elementos metafóricos punto-casilla, recta-fila y plano-tablero se enseña y ejercita el movimiento de las piezas Torre y Alfil para fijar la relación existente entre los elementos y el paso de las mismas durante el juego (puede sumarse la Dama y el Rey; no conviene presentar el peón, ya veremos el por qué).

Una vez que los elementos geométricos “básicos” hayan sido ejemplificados y comprendidos puede incorporarse a la pieza Caballo y con él, a un nuevo ente geométrico: el volumen.

Al mostrar el salto de caballo se hará hincapié en que esta pieza no se desplaza por el plano, sino que brinca, salta de una casilla a otra sin tocar las intermedias. Es decir, el caballo, a diferencia de las demás, hace uso de una nueva dimensión, una región de un algo desconocido hasta entonces, y que también es llamado espacio; un espacio que sus congéneres ignoran y al cual no acceden: ¡la dimensión altura!

Nota: Así como para un alfil el salto del caballo le es ajeno –pero posible- nosotros, seres de tres dimensiones, vivimos inmersos en una cuarta dimensión que escapa a nuestros sentidos. No por ello, sin embargo, le ignoramos. Albert Einstein le intuyó de forma genial, Minkowsky le dio consistencia geométrica, y decenas de físicos relativistas le indagan cada día. Los GPS que posee cualquier celular o coche hacen uso de esa cuarta dimensión -llamada espaciotiempo- cada instante; de otro modo no serían exactos. Por supuesto, así como el Caballo desaparece de una casilla para caer de la nada sobre otra, un ser de la cuarta dimensión podría viajar por nuestro espacio sin tener que tocar los puntos intermedios sitos entre su punto de partida y destino.

Con solo estas tres piezas y el tablero, se pueden enseñar las nociones de espacio geométrico básicas. Los alumnos, con la excusa de estar jugando, harán uso de los conceptos, fijándolos en su conciencia, aprovechándolos con un objetivo concreto: Ganar una partida. Este objetivo, en apariencia lejano a aprender algo nuevo, es motivador, es ajeno a lo corriente y por tanto sorpresivo.
Sin duda, será un triunfo. El ajedréz jamás falla a la hora de ser usado como herramienta educativa.

Notas:
*La definición de los elementos geométricos no es nada básica, por cierto. El punto, como elemento sin dimensión, es lo más complejo que haya leído. Lo que no tiene dimensión NO EXISTE. ¿Cómo es que construimos el conocimiento geométrico sobre cimientos inexistentes?
**Veremos en próxima nota un ardid que representa el espacio y el tiempo.
*** El término “Espacio” no debiera ser usado como sinónimo de volumen. Existe espacio de 1 dimensión, de 2 dimensiones, de 3 dimensiones, de 4 dimensiones,…, de n dimensiones.

Sergio Galarza
Ajedrez y Astronomía.